Un perro ladra durante 20 horas sin parar. Cuando el vecino se acerca, no puede creer lo que ve
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Si pensabas que el año 2017 había empezado mal para ti, tenemos una historia que te va a hacer creer lo contrario.
Bob, un hombre de 64 años de Michigan, Estados Unidos, tuvo efectivamente la peor celebración de año nuevo imaginable. ¡Y no es broma!
A las 10:30 pm de Noche Vieja, Bob miraba un partido de fútbol en la televisión. Durante los comerciales, corrió al patio a recoger un poco de leña para el fuego, pero apenas pisó sobre el hielo se resbaló y cayó de espaldas. A los segundos, descubrió que se había roto algo, ya que no podía mover nada más que los codos.
Así, a -4 ºC, en medio de la nieve y el hielo, vestido solo con pantuflas, calzoncillos largos de invierno y una camiseta, se quedó paralizado. Empezó a gritar por ayuda, pero como vive en una granja, nadie lo escuchó.
A excepción de, bueno, su querida y fiel perrita golden retriever, Kelsey. Al escuchar los quejidos y lamentos de su amo, Kelsey salió al rescate para encontrarse con la terrible escena. Entonces hizo algo impresionante: se tumbó sobre Bob para entregarle de su calor corporal y comenzó a ladrar sin pausa para pedir ayuda.
Y así fue como Bob pasó el cambio de año, luchando contra la hipotermia, el miedo a morir congelado y el dolor. Durante horas Kelsey lo acompañó, le lamió la cara y las manos para mantenerlo despierto y ladró sin tregua.
Tras 20 horas de haberse caído, un vecino oyó los ladridos de la golden retriever y acudiría en su ayuda. Esto fue a las 6:30 pm del día siguiente, es decir, Bob había pasado la noche entera amenazado por el frío. En este punto, ya se había desmayado.
Al llegar al hospital, lo trataron por hipotermia y arritmia. Además, lo operaron para desinflamar los discos que oprimían su columna vertebral. Pero a pesar de todas las horas que estuvo a temperaturas bajo cero, ¡no tenía ningún problema de congelamiento! Todo eso gracias al calor que le proporcionó Kelsey.
Como cuenta Bob: “Ella siguió y siguió ladrando para pedir ayuda y nunca se fue de mi lado. Me mantuvo caliente y alerta. Supe que tenía que perseverar y que era mi decisión el sobrevivir.”
Qué manera de celebrar año nuevo, ¿no? Por suerte su inteligente perrita estuvo allí para ayudarla o la historia sería muy diferente.