Esta pequeña de tan solo 13 años sufrio mucho. Lo que pasó 2 años más tarde, me partió el corazón, COMPARTE.




Linda Trevan tiene el corazón roto y sabe que no hay manera de arreglarlo. Ha pasado por lo peor que un padre puede pasar: la pérdida de un hijo.  


La hija de Linda, Cassidy, tenía solo 13 años cuando un grupo de niñas de su colegio la eligió como su objetivo. "El mal de sus compañeras empezó con insultos y la golpearon una vez o dos en la cara", dice Linda. Pero la situación fue a peor rápidamente. 



El acoso continuó con llamadas telefónicas y comentarios en las redes sociales. La situación era tan grave que Cassidy no quería ir a la escuela. No podía ni siquiera imaginarse entre las maldades que estaban haciéndole la vida imposible. Pero después de un tiempo yendo a terapia, la joven consiguió renovar su confianza y fue capaz de ir a la escuela dos días a la semana. Parecía que las cosas estaban yendo mejor: la cabecilla del grupo que había estado acosándola incluso se disculpó y quería ser amiga de Cassidy. 



Al menos eso es lo que Cassidy pensó cuando siguió a sus nuevas "amigas" a una casa el 15 de febrero de 2014. Las niñas querían salir con ella después de clase y la invitaron para que pudieran divertirse todas juntas. Pero era solo una trampa para conseguir que Cassidy estuviera sola. En el momento en el que puso un pie en la casa, dos chicas la atacaron. El horror comenzó. 

"Eran unos chicos mayores que Cassidy no conocía. Las dos chicas se sentaron y esperaron. Se la repartieron por turnos, incluso se cronometraron. Otro chico estaba sosteniendo la puerta mientras los otros dos la tomaban", cuenta Linda. 

Cuando Linda descubrió que su hija había sidotomadapor dos chicos de 15 años, quedó devastada. Acudieron a la policía, pero Cassidy estaba tan asustada de lo que el grupo le haría si se enteraba, que no quiso declarar nada. Sin la declaración de Cassidy, la policía no podía abrir un caso y las cargos fueron desestimados. Sin embargo, esto no hizo que dejaran de acosar a Cassidy. Incluso después de lo acontecido, las chicas siguieron llamando a Cassidy y martirizándola en las redes sociales. Al no ver ninguna otra solución, Linda y su hija se mudaron para que Cassidy pudiera ir a otra escuela. 

Pero, de alguna forma, esto no fue suficiente. Cassidy estaba tan traumatizada por la experiencia, que sufría un trastorno de estrés postraumático. No podía comer ni dormir bien y sufría ataques de pánico constantemente. Linda hizo todo lo que estuvo en su mano para ayudar a su hija, pero llegó un momento en el que ya no pudo hacer nada más por ella. Con solo 15 años, Cassidy decidió terminar con todo su dolor y sufrimientos y se quitó la vida.  

El mundo de Linda se derrumbó. Y, aunque sabe que nunca se podrá recuperar de su pérdida, un año después del suicidio de su hija pudo hablar abiertamente sobre el infierno que habían pasado. En ese punto, decidió contar a todo el mundo lo que había pasado y publicó una carta en su página de Facebook
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